LOS EFECTOS DE “EL NIÑO” Y “LA NIÑA” Y SU MONITOREO EN ARGENTINA

LOS EFECTOS DE “EL NIÑO” Y “LA NIÑA” Y SU MONITOREO EN ARGENTINA

Nota Fenomenos El Niño y La Niña
Por Ana María Planchuelo y Andrés Carlos Ravelo

Introducción

Las sequías y las inundaciones en nuestro país están relacionadas con dos eventos de circulación general de la atmósfera que se denominan comúnmente El Niño y La Niña. Estos fenómenos están ocasionados por los cambios en la circulación de los vientos y de las corrientes marinas como consecuencia de los desplazamientos de centros de alta y baja presión que ocurren en la zona ecuatorial del océano Pacífico, entre la localidad de Darwin en Australia y la isla de Tahití. Es normal que nos preguntemos, ¿cómo es posible que eventos meteorológicos que ocurren en zonas distantes de Argentina afecten los montos de las precipitaciones en nuestro país?

Se explica en parte debido a que cuando El Niño o La Niña se establecen y persisten por varios meses, se producen cambios notables en las temperaturas de las aguas del océano en las costas sudamericanas y, como consecuencia, se cambian los regímenes de lluvias a nivel global. Lo que sucede es que los factores meteorológicos, que son relativamente estables para cada una de las regiones sudamericanas, se ven modificados por perturbaciones en la dinámica de los centros de alta y baja presión que afectan directamente la intensidad de los vientos alisios. Estos vientos son regulares y están localizados en una franja que va desde la latitud 0º en el Ecuador a los 23°27’ N y de 0º a los 23°27’ S.

Cuando hay una situación de normalidad entre los centros de alta presión en Tahití y de baja presión en el oeste del océano cerca de Darwin, los vientos siguen una circulación superficial de este a oeste (E a W) y de alta atmósfera de oeste a este (W a E) conocida como Circulación de Walker (WALKER & BLISS, 1930).

Pero, cuando se produce una presión negativa en el este (Tahití) y un fuerte centro de alta presión en el oeste (Darwin), se produce una Circulación de Walker débil o invertida, y los vientos alisios se desvían y se vuelven superficiales y cálidos en dirección este, modificando la corriente de Humboldt y empujando las aguas cálidas del océano oriental hacia las costas americanas (FIGURA 1). El nombre de ese episodio atmosférico anormal es ENSO (El Niño Southern Oscilation, por sus siglas en inglés). Esos disturbios atmosféricos causan temporales con excesos de lluvias en las costas secas de Perú y Ecuador, ocasionando aluviones y derrumbes de las montañas, con desplazamientos de agua, tierra, lodo y piedras denominados huaicos. Por el contrario, en las zonas normalmente húmedas de los valles interandinos centrales se producen sequías extremas con grandes pérdidas económicas.

FIGURA 1. Dirección de los vientos superficiales y de alta atmósfera y del agua superficial del océano Pacifico, según la ocurrencia del episodio de El Niño

 Figura 1 El niño
Fuente: Adaptación original sobre esquema presentado en METEOGLOSARIO VISUAL y datos extraídos de Climate Prediction Center NOAA.

Por otro lado, cuando las diferencias entre la alta presión en la zona este del Océano Pacifico (Tahití) y la de baja presión en el oeste (Darwin) es muy marcada, la Circulación de Walker se intensifica, el régimen de vientos alisios es mucho más fuerte y se produce un enfriamiento de la temperatura superficial del Océano Pacifico en la zona ecuatorial Este (FIGURA 2). Esta fase fría se llama La Niña y genera escasez de precipitaciones en Argentina.

FIGURA 2. Dirección de los vientos superficiales y de alta atmósfera y del agua superficial del océano Pacifico, según la ocurrencia del episodio de La Niña

 Figura 2 La Niña
Fuente: adaptación original sobre esquema presentado en METEOGLOSARIO VISUAL y datos extraídos de Climate Prediction Center NOAA.

Monitoreo de los Extremos Hídricos y los efectos del ENSO y La Niña en Argentina

Si bien no existen mecanismos que puedan evitar la ocurrencia de sequías y los excesos hídricos, es posible, mediante el análisis de la diversa información climática, meteorológica e hidrológica disponible, realizar una identificación, una valoración y un monitoreo de dichos fenómenos ambientales. Estas acciones pueden permitir preparar planes de prevención de daños o de mitigación de los efectos negativos de las sequías (RAVELO et al., 2001). A lo largo de los años, se fueron desarrollando indicadores de falta de lluvias susceptible de ocasionar sequías que se complementaron con datos de temperaturas, vientos y humedad de suelo, entre otros parámetros ambientales. Dentro de los índices más utilizados para evaluar los extremos hídricos, se encuentra el Índice de Severidad de la Sequía de Palmer, conocido internacionalmente como PDSI (Palmer Drought Index, por sus siglas en inglés).

En Argentina, como consecuencia de la ocurrencia de un evento de El Niño o ENSO, se producen elevados montos de precipitaciones en la pradera pampeana y región centro-oeste que pueden ser beneficiosos para los cultivos, pero también pueden ser perjudiciales en otras áreas por los anegamientos conducentes a inundaciones.

Durante los episodios de La Niña en Argentina, se produce una disminución drástica de las precipitaciones en amplias regiones del país, generando graves problemas en el sector agropecuario. Para la prevención de estos episodios, desde 1997 los investigadores y técnicos del Centro de Relevamiento y Evaluación de Recursos Agrícolas y Naturales (CREAN) de la Facultad de Ciencias Agropecuarias- UNC, han desarrollado proyectos para la evaluación de la ocurrencia de sequías. La FIGURA 3 muestra ejemplos de mapas de épocas en que ocurrieron episodios extremos de El Niño y La Niña, difundidos por la página web del CREAN oportunamente.

FIGURA 3. Mapas de extremos hídricos en Argentina, parte continental americana.

 Figura 3 Mapas de extremos hídricos en Argentina, parte continental americana.
Fuente: CREAN.

Las condiciones entre septiembre-diciembre 2022 fueron típicas del fenómeno La Niña y, según la información del Climate Prediction Center NOAA (obtenida el 12/1/2023), entre febrero-abril de 2023 se estima una transición de La Niña a ENOS-neutral, con una probabilidad de que el ENSO sea neutral del 82%.


Bibliografía

  • CLIMATE PREDICTION CENTER NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration. (12 de enero del 2023). El Niño / Southern Oscillation (ENSO). https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/precip/CWlink/MJO/enso.shtml#fore....
  • METEOGLOSARIO VISUAL: Diccionario Ilustrado de Meteorología. (17 de febrero del 2023). Circulación (célula) de Walker. https://meteoglosario.aemet.es/.
  • RAVELO A.C., R. ZANVETTOR & W. DA PORTA. (2001). Desarrollo de un sistema para la detección, seguimiento y evaluación de las sequías agrícolas en Argentina. Revista Argentina de Agrometeorología 1(2):27-34.
  • WALKER, G. T. & E. W. BLISS. (1930). World Weather IV, Memoirs of the Royal Meteorological Society 3(24), 81–95.

Autores

Ana María Planchuelo. Ingeniera Agrónoma, Ph. D. en Biología. Subdirectora del Centro de Relevamiento y Evaluación de Recursos Agrícolas y Naturales, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal dependiente del CONICET y la Universidad Nacional de Córdoba (CREAN-IMBIV-CONICET-UNC). aplanch@gmail.com

Andrés Carlos Ravelo. Ingeniero Agrónomo, Ph. D. en Ciencias Atmosféricas. Director del Centro de Relevamiento y Evaluación de Recursos Agrícolas y Naturales, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal dependiente del CONICET y la Universidad Nacional de Córdoba (CREAN-IMBIV-CONICET-UNC). ravelo43@gmail.com

Agradecimiento

Los autores agradecen al Dis. Graf. Alejandro Barbeito por el apoyo recibido en la diagramación de las ilustraciones y mapas.